las industrias refresqueras pagan 3 centavos por litro y la venden a más de diez pesos, con una utilidad superior a 300 veces su costo* Las mafias del agua se apropian de tomas para llenar sus pipas y vender el líquido al precio que quieren*

En tanto poblaciones enteras carecen totalmente de agua potable, grandes empresas transnacionales explotan millones y millones de litros del vital líquido para su beneficio económico y sigue latente el riesgo de que los habitantes tengamos que comprar agua (a precio de oro) hasta para satisfacer nuestras necesidades más básicas.
Las concesiones a particulares se cuentan por cientos de miles y parece que no hay autoridad que pueda revertir ese abuso en contra de los habitantes.
El agua es fuente primordial de vida, elemento vital para el ser humano y todos los organismos en nuestro planeta. Su importancia trasciende cualquier otra necesidad . Sin embargo, en lugares como Ecatepec, la carencia de este recurso fundamental se ha convertido en una realidad cruda y preocupante. ¿Cuál es la raíz de este problema que afecta a miles de personas en una de las localidades más pobladas de México?
Para comprender la situación actual, es necesario remontarnos al pasado, específicamente a la Ley de Aguas Nacionales de 1992, que marcó un punto de inflexión en la gestión hídrica del país. Esta ley, recibida por Carlos Salinas de Gortari de manos del presidente de Estados Unidos de América de aquel entonces, George Bush, junto con la Ley Agraria y la Ley Forestal, como condicionante para la firma del Tratado de Libre Comercio TLC y votada en la Cámara de Diputados para su implementación, buscaba regular el uso y aprovechamiento del agua en México. Sin embargo, lo que siguió fue un crecimiento exponencial de concesiones otorgadas, pasando de unas 2,300 antes de 1992 a asombrosas 564,000 concesiones hasta el año 2018, es decir que en 75 años se expidieron un poco más de dos mil y en tiempos del gobierno neoliberal, en 30 años, se otorgaron 562,000 concesiones.
Esta escalada permitió que el 90% del agua dulce en México quedara en manos de empresas nacionales y extranjeras. Esto plantea serias interrogantes sobre la equidad en el acceso al vital líquido. La Constitución Política de México establece que el agua es un bien nacional, pero en la pero en la práctica, beneficia al interés de privados.
Los más beneficiados con las concesiones son las industrias refresqueras, que pagan tres centavos por litro y la venden a más de diez pesos, es decir con una utilidad superior a 300 veces su costo. Ciel de Coca-Cola, E-pura de Pepsi Cola, Bonafón de Danone, Nestlé con Santa Maria. Topo Chico, Smart-Water, Santorini, Perrier, envasadorasde Agua, Embotelladora Aga, son otras más de las muchas que existen. Pero no solo son empresas extranjeras y algunas nacionales, hay políticos que, aprovechándose de sus puestos, adquirieron grandes concesiones, como el ex presidente Vicente Fox Quezada que consiguió para su familia; hermanos, hijos, sobrinos y para él mismo 18 concesiones de agua que convirtió su rancho de ser un páramo sin agua a un vergel, a costa del empobrecimiento de la población de San Francisco del Rincón, Gto.
La mala administración del agua por parte de autoridades locales ha agrandado el problema. En muchos casos, el agua se convierte en moneda de cambio durante periodos electorales, donde se prometen servicios básicos a cambio de votos. Este juego político ha dejado a comunidades enteras desprovistas de un suministro adecuado de agua potable. Además, la aparición del “huachicol del agua”, una práctica similar al robo de combustible, ha exacerbado aún más la crisis. Las mafias se apropian de tomas de agua, tanto oficiales como clandestinas, para llenar sus pipas y vender el líquido a precios exorbitantes, lucrando con la necesidad de la población. Existe la creencia entre los habitantes que las locales están coludidas.
La antigüedad y obsolescencia de las redes hidráulicas también juegan un papel crucial en esta problemática. Mucha de la infraestructura encargada de llevar el agua a los hogares está desgastada y no pueden hacer frente a la demanda actual. Sumado a esto, la falta de conciencia y cultura del agua entre la población, contribuye al desperdicio de este escaso recurso.
En este contexto, es imperativo tomar medidas urgentes para abordar la crisis del agua en Ecatepec y en todo el país.
Es necesario implementar políticas que promuevan una gestión equitativa y sostenible del agua, así como invertir en infraestructuras modernas y eficientes. Además, se requiere una mayor concientización sobre la importancia de cuidar y preservar este recurso vital para las generaciones futuras.
¿Qué podemos hacer como ciudadanos? La apatía y desunión ciudadana es aprovechada al máximo por algunas autoridades y muchos vivales que hacen lo que quieren con el agua. Oficios van y oficios vienen solicitando agua para la ciudadanía y el municipio hace caso omiso de esas peticiones. Cualquiera puede tomar y hacer suya una toma de agua y no hay quien lo impida.
El agua es un derecho humano básico, y es responsabilidad de todos los ciudadanos (no sólo de las autoridades) asegurar que su acceso sea garantizado para cada individuo.●

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